Emociones, cuerpo y salud
- Kinder Dinos
- 20 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Antes de la sociedad rápida y científica que caracteriza a nuestro siglo, fueron muchos los médicos que se preocuparon por el papel de la mente en el desarrollo de enfermedades físicas, en cómo las emociones y sus correspondencias fisiológicas afectaban al cuerpo.
Parece que los estudios han ido confirmando que las emociones estresantes tienen una fuerte influencia en el desarrollo de diversas enfermedades, las personas que experimentan frecuentemente la tristeza o ira no expresada, desesperanza, tienen sentimientos de impotencia, o una baja autoestima, podrían ser perfiles propensos a ciertas enfermedades, en general, el estrés mantenido durante mucho tiempo.
¿Por qué nos estresamos si es malo para la salud?
Estresarse es una cuestión evolutiva, nos ayudaba a luchar o huir en caso de peligro, cuando vivíamos a merced de los depredadores. La respuesta fisiológica que produce el estrés es muy beneficiosa si tenemos que salvar nuestra vida en un momento puntual, pero esta liberación de hormonas, entre otros, enferma nuestro cuerpo si no tiene un fin. Y éste es uno de nuestros principales problemas, que estamos siempre estresados, varias veces al día, todos los días, aunque ya ningún animal salvaje nos vaya a matar.
¿Podemos reducir nuestro estrés?
Reducir el estrés no es fácil en la sociedad en la que vivimos, sobre todo en ciudades grandes, donde los estímulos vienen de todos lados, sin dejar casi a nuestro cerebro descansar. Ruidos, contaminación, luces, imágenes por todos lados, gente que se mueve deprisa, coches que se mueven despacio. Acabar con el estrés de nuestras vidas, significa reconectarse nuevamente con nosotros mismos, dejar un poco de lado el mundanal ruido y volver a “nuestra esencia”.
Veamos cómo hacerlo:
- Recupera tus vínculos: pasar tiempo con tu pareja, hablar con tus padres, tomar algo con los amigos, escuchar a tus familiares, estas actividades mejoran la presión arterial, reducen los niveles de estrés, ansiedad, reducen la sintomatología depresiva, y como este tipo de patologías propician enfermedades corporales o disminuyen su recuperación, las buenas relaciones también contribuyen a prevenir o recuperarse del cáncer, entre otras afectaciones.
- Vive el presente: el cerebro se agota y se estresa cuando tiene que estar pensando constantemente en qué debe hacer, qué no hizo, obligaciones, preocupaciones… PARA, RESPIRA, CONECTA CON EL AQUÍ Y AHORA, con tu respiración. Y no temas postergar las cosas que no te agradan. La vida tiene una duración definida, y si algo la hace tan valiosa es que no sabemos cuándo llegará el fin de la nuestra ni el de los nuestros. ¿De verdad limpiar la casa es más importante que jugar con tus hijos o hacer planes con tu pareja?
- Cuida tus emociones: todas las emociones son adaptativas, hasta las que menos nos gustan. Pero una cosa es vivir estas emociones de forma pasajera, y otra quedarse anclado en ellas. Se ha visto que emociones como la ira, la tristeza, la ansiedad o el miedo, cuando se sostienen indefinidamente, producen alteraciones en nuestra salud como dolores de cabeza, enfermedades arteriales, trastornos digestivos, etc., no sólo porque cambian nuestras respuestas fisiológicas dañando nuestro cuerpo (hipertensión, elevación de la frecuencia cardíaca, etc.) sino porque nos alejan de las conductas de salud (buena alimentación, deporte, relaciones sociales) y de las emociones positivas o placenteras, que aumentan el bienestar y sirven de protección para la enfermedad.
- Cuida tu alimentación: pero no a forma de dieta, sino como estilo de vida. Alimentos vegetales como base para una dieta sana son fundamentales.
- Practica deporte: libera endorfinas, por lo tanto, felicidad; correr, nadar y sobre todo, aquellos que conectan con tu interior, como el yoga o el tai-chi, pueden ser grandes opciones para volver a recuperar tu paz interior y cuidar tanto tu mente, como tu cuerpo.
- Vive de acuerdo a tus principios: vivir en base a lo que nos dicen otros o lo que dicta la sociedad genera estrés y tristeza, por lo tanto, enferma nuestro cuerpo. Tener valores, principios y vivir en torno a ellos, sintiendo que cada objetivo que das está de acuerdo a un fin, te hará sentirte más valioso y sobre todo positivo frente a los problemas de la vida.
- Vuelve a la naturaleza: si los estímulos producen estrés al cerebro, volver a la naturaleza, a su quietud, a su tranquilidad, nos provocará paz y relajación. La naturaleza es fuente de calma, aprovecha para contemplarla y para conectarte con ella.
La mente sana siempre va a re vivir en un cuerpo sano y visceversa.

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